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domingo, 29 de abril de 2012

El Tratamiento De La Ludopatia

El Tratamiento De La Ludopatia


Todas las conductas potencialmente adictivas comienzan a ser controladas por reforzadores positivos (el aspecto placentero de la conducta en sí misma), pero terminan siendo controladas por reforzadores negativos (el alivio del malestar). Aparece en el sujeto una fuerte dependencia psicológica hacia tales conductas, actúa con ansia e impulsivamente, pierde interés por cualquier otro tipo de actividad gratificante anterior y, a pesar de las consecuencias negativas experimentadas, no es capaz de controlarse.
Un hábito tan negativo para la persona como la adicción al juego se perpetúa, entre otras razones, en función de las diversas distorsiones cognitivas que mantienen los afectados: la negación o minimización del problema, la ilusión de control (percepción de que el juego depende de su habilidad), los recuerdos selectivos de las ganancias en el juego y el olvido de los momentos amargos sufridos, y la subestimación de las pérdidas. Asimismo, del mismo modo que las drogas con sustancia tienen una notable capacidad de aumentar los niveles del neurotransmisor dopamina así también lo hace el enganche a una máquina tragaperras. Los sujetos, una vez adictos a una sustancia o a una conducta, se habitúan a altas concentraciones de dopamina.
¿Por qué un jugador patológico sigue jugando? Por una parte la persona cree que va a ganar mucho dinero y, como consecuencia, le van a respetar y apreciar más. Por otra parte, intenta compensar el malestar soportado a lo largo de todo el día como consecuencia del trabajo, relación con personas, etc. Asimismo, con el tiempo comienza a asociar colores y sonidos a las sensaciones placenteras que le proporciona el juego y, cada vez que ve u oye algunos de estos estímulos, le viene el deseo de jugar. Además, todo hábito adquirido tiene un poder intrínseco de continuar en el tiempo. Aparece también la idea de que su problema no tiene solución. Finalmente, los fracasos en los intentos de dejar el juego originan seguir jugando.
Dada la motivación, activación de la memoria, vivencias, pautas de acción y estructura adictiva de un ludópata, la solución del problema no es fácil. A su vez, puesto que la exposición al juego es continua y actualmente muy factible (debido a Internet) es aconsejable la intervención ante los primeros signos de ludopatía. En último lugar, los ludópatas frecuentemente niegan que tengan un problema y, como consecuencia, el tratamiento comienza con el reconocimiento de dicho problema por parte del afectado.
El tratamiento del juego patológico viene determinado por ciertos fármacos, grupos de apoyo y terapia cognitivo conductual. Los medicamentos utilizados en ludopatía son la paroxetina, el litio y el malmefeno. Entre los grupos de apoyo destaca Jugadores Anónimos, programa de 12 pasos similar al de Alcohólicos Anónimos y que hace hincapié en un enfoque de ayuda mutua. Dentro del contexto de terapia cognitivo conductual y España, uno de los tratamientos eficaces del juego patológico es el llevado a cabo por el Hospital de Bellvitge. Tres de cada cuatro ludópatas vencen su adicción. Las principales actuaciones de su protocolo de intervención son conseguir que el paciente admita su problema, intentar la abstinencia definitiva, un cambio de estilo de vida y concienciar a la familia de que el paciente no es el responsable de su trastorno, sino la confluencia de factores genéticos, de personalidad y de predisposición social.

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